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Cheesecake con mermelada de fresa

Hoy vamos hacer una cheesecake con mermelada de fresa y que le encanta a mis sobrinos. De hecho la hago en todos los cumpleaños y a pesar de ser súper sencilla siempre triunfa. No vas a necesitar prácticamente conocimientos de cocina. Puede hacerla cualquiera. Tampoco necesitas ingredientes complicados. No necesitas horno. Es un capricho que puede darse cualquiera. Eso es lo que pretendo que cuando véis mis recetas digáis «pues si puedo hacerla». Y no penséis que es algo complicado como me pasa a mí cuando a veces veo algunas en revistas o en internet que al final no haces por tiempo o porque los ingredientes son difíciles de encontrar.

Vamos a ello…

Ingredientes para hacer la cheesecake o tarta de queso fría ¡ja,ja!

Medio litro de leche
250 gramos de queso de untar
200 gramos de azúcar
2 sobres de cuajada
250 gramos de galletas
Mermelada de fresa o sirope

¿Cómo hacemos nuestra sencilla cheesecake?

Cogemos la galletas y las desmenuzamos. Podemos utilizar el vaso de una batidora o las aplastamos manualmente. Lo importante es hacer una especie de tierra.
Ponemos las galletas desmenuzadas sobre una fuente o tartera y con las manos hacemos la base de la tarta.
Introducimos unos minutos en la nevera. Mientras hacemos nuestra mezcla.
En un cazo añadimos medio litro de leche. Echamos el queso de untar y movemos hasta que se vaya derritiendo.
Añadimos el azúcar y los dos sobres de cuajada. Seguimos moviendo nuestra mezcla.
Retiramos del fuego y pasamos por unas barillas eléctricas.
Dejamos atemperar y volcamos sobre la base de galletas.
Cuando esté más fría la metemos en la nevera como mínimo 6 horas. Yo prefiero hacerla de un día para otro.
Cuando vayamos a consumirla la decoramos con la mermelada de fresa o la que deséis.
Si tenéis fresas o frutas del bosque podéis utilizarlas.
Yo también he usado moras de gominolas.